3. ¿Cómo ha sabido siempre qué ofrecerle a los malagueños?
- No es muy difícil, lo que ocurre es que tienes que preocuparte por eso. Tienes que mirar alrededor, ver con quién trabajas, el nivel de lo que el público ha percibido hasta ahora y lo que le das después. Se trata de combinar la novedad con lo que este necesita. Hasta que yo vine aquella orquesta nunca tuvo una temporada normal y completa con lo que tampoco era demasiado difícil ver qué conciertos habían hecho antes, que eran cinco o seis y casi siempre repetían. El 70% de todo lo que he hecho en 10 años, aunque en otros sitios eran obras del repertorio más normal y corriente, aquí eran auténticos estrenos. Recuerdo la Segunda sinfonía de Brahms, no se había tocado aquí por muchas razones y, después de tres ensayos, el mayor músico de la orquesta se acercó muy amablemente y me pidió consejo acerca de si merecía la pena que comprase o no el disco de esa obra. Me quedé helado. No la había oído nunca y era músico de orquesta. Ese era el ambiente en general.
4. ¿Cree entonces que la afición por la música se hace?
- Se hace, claro. Y lo hacemos nosotros, los que somos las locomotoras, los intérpretes. Nosotros damos y formamos al público, lo provocamos y le instigamos el gusto por las obras, por la música, la inquietud, y eso se hace evidentemente.
5. Sin embargo, la situación actual de la OFM nos lleva a una pérdida de abonados del 40% desde 2008.
- Cabría preguntarse qué director llevaba las riendas de la orquesta para hacer las programaciones, qué daba al público y qué da el actual. Yo sé muy bien lo que hace el actual y lo hace muy bien, combinar cosas conocidas y nuevas. También influye la publicidad, y eso no ha existido nunca como debería. La orquesta es un lujo para la ciudad, lo he dicho desde su fundación. Pero es un desperdicio inmenso que una orquesta así de buena toque solo dos conciertos al mes para el público, y han pasado 24 años. Aquí se vive del turismo y no puede ser que entres en un hotel de la costa y no veas un cartel y folletos de lo que hay en el Cervantes. Hay público potencial en la costa. En la época de la otra orquesta había un autobús que ellos mismos, los residentes, alquilaban desde San Pedro de Alcántara hasta el Cervantes.
6. Además, a diferencia de otras orquestas la OFM sigue careciendo de un espacio propio, ¿la construcción de un Auditorio podría ser clave?
- Por supuesto. Irían con seguridad muchos más. Vivo en Málaga desde los 33 y aún recuerdo cuando se construyó el polideportivo de Ciudad Jardín y un estadio de atletismo que ahí está muerto de risa. Tardaron un mes. Y para la música, cuando se programó el auditorio hace 22 años ahí quedó. No hay derecho a que la que sufra sea siempre la cultura. Le pondré otro ejemplo: Yelmo ofrece óperas en directo de la Metropolitan de Nueva York. Usted no sabe lo que es ir ahí y ver la sala llena, encontrarte con gente intelectual, melómanos que vienen adrede; pues todos esos irían al auditorio para acontecimientos de música, como también podrían caber ahí retransmisiones en directo. Público siempre hay y habrá, pero hay que darle todo para que vengan.
7. ¿La plantilla de la orquesta siempre ha estado sujeta a cambios?
- Desgraciadamente. Cuando se fundó la orquesta tenía más de cien plazas para cubrir. Quiere decir que había el presupuesto previsto para una orquesta importante. Y mire hoy cuántos hay. Cuando por fin hicimos el concierto de aniversario que estaba previsto ensayamos aquel programa primero con 35 músicos, luego con 45, luego con 50; era una pérdida de tiempo. Cuando llegué el lunes en la semana de la presentación entré en el escenario y me lo encontré absolutamente lleno, es decir, de las plazas que estaban previstas. Se habían traído solo para aquel acontecimiento a 20 personas extra de Inglaterra. Otra vez da capo. Mucho riesgo. Pero el lunes siguiente, que empezamos de nuevo la preparación para otro concierto, aquellos 20 no estaban, los habían mandado a casa. Lo que quiero decir es que si había al principio presupuestado 110 personas luego ha habido menos. Y así han quedado. Y ahora he oído en un último momento que para el próximo 2013 está previsto disminuir la orquesta. Yo siempre recuerdo a la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, que tiene contratados 110 músicos fijos y 120 personas de administración.
8. Por otro lado, usted ha tenido una gran formación. Ha sido discípulo de Celibidache, Swarovski y Ferrara, podría haber dirigido grandes escenarios y, sin embargo, decidió empezar de cero en la ciudad de Málaga. ¿Por qué?
- Empezar de cero es siempre. Cada concierto es empezar de cero. Cabe recordar que el creador de todo esto fue Pedro Aparicio, un melómano que teniendo las riendas de la ciudad dijo que aquí hacía falta una orquesta profesional de primera calidad y que haría todo lo posible por hacerlo. Nacieron dos orquestas gemelas: Sevilla y Málaga, pero luego aquellos se adelantaron en todo. El día 6 tuvieron el primer concierto, nosotros tuvimos que esperar hasta el 14 de febrero. Desde entonces se hacen conciertos cada dos semanas, y no todas. Y aquellos los hacen cada semana, han hecho un teatro nuevo, hacen ópera como en cualquier gran centro del mundo y me acuerdo de algunos malagueños que por cualquier otra cosa decían que somos siempre la cola, y tienen mucha razón. Ahí la diferencia ha sido inmensa.