Todo debe ser contado al menos una vez, aunque como había dictaminado un escritor con su autoridad literaria, deba ser contado según los tiempos, Javier Marías.

lunes, 14 de marzo de 2011

HOMO VIDENS: La sociedad teledirigida (I)

Ésta es una reflexión tras la lectura de Homo videns. La sociedad teledirigida. Libro de Giovanni Sartori, en el que se relatan todos los puntos que a continuación iré detallando además de cuestiones que aún se debaten. Y es que, cuando perdemos el control sobre nosotros mismos, tendemos a perder el conocimiento; tanto en el sentido de desvanecimiento como en la capacidad de razonar debido a algún deterioro o patología mental. En expansiva, lo mismo ocurre con los medios y la sociedad. Cuando perdemos el control sobre los medios, la sociedad tiende a conformarse, a relajarse ante la situación y a no actuar en la defensa; perdiendo el conocimiento sobre sí misma. Ésta tenderá siempre a la ley del mínimo esfuerzo, donde preferirá una historia que pueda ser visualizada a la vez que contada, antes que leer un relato y dejar a la imaginación la responsabilidad de la imagen, pues ello requiere de la usanza del entendimiento y del pensamiento, y donde deberá relacionar conceptos. Así es como comenzará entonces el deterioro de la capacidad de abstracción según Sartori. Pero no sólo se trata de una mera incapacidad de razonar e imaginar, pues todo lo imaginable ya tendrá forma y color, y ni los niños ni cualquier adulto tenderán a la posibilidad de andar a contracorriente de aquellas ideas ya impuestas.

En definitiva lo que Giovanni Sartori pretende lanzar a cubierta es una señal de alarma hacia la falta de incertidumbre de la sociedad ante los medios. No sólo por falta de imaginación (que al fin y al cabo es lo de menos) sino por falta de información. La información se difunde a través de los periódicos, la radio y la televisión, medios por los cuales hemos adquirido una leve y parcial denominación del mundo global. Gracias a ello podemos afirmar que en un principio se amplió la visión con respecto al mundo, mas sólo en un principio. Cuando de la nada apareció un nuevo medio capaz de dar a conocer a personas de cualquier parte del planeta noticias sobre cualquier otro polo del mundo, ello se consideró sumamente emergente, pues hasta entonces no conocías más que los kilómetros que te rodeaban. Pero en la actualidad este carácter pierde vigencia, pues ahora sí somos conscientes de la total amplitud de la tierra, y por consecuente, no debemos ignorar que todo lo que se nos muestra a través de los medios no es ni una cuarta parte de la mitad de ese porcentaje. Mas, aunque no todas, muchas de las razones son lógicas y están justificadas. Para empezar, no todos los lugares son accesibles. Sartori menciona en su libro algo similar en nombre de las guerras, y Kapuscinski en su libro Ébano decía así: “Muchas guerras africanas se desarrollan sin testigos, en secreto, en lugares inaccesibles, en silencio, sin que se conozcan en el resto del mundo o, sencillamente, de él olvidadas”. Como ocurre por ejemplo en Ruanda. Aunque el tema de las guerras es complejo, pues acceder a muchos de sus lugares es complicado y, por supuesto, muy arriesgado para el periodista.

Sartori crítica situaciones como que la televisión nunca ha entrado hasta hoy en países como Sudán, donde sus habitantes mueren de hambre, y donde, por decirlo de algún modo inequívoco, la situación política no es la demandada. Con respecto a ello, y siguiendo con la línea del país, podría mencionarse la expulsión de Sudán del corresponsal de France 41 el pasado 2 de marzo de 2009. Éste es el segundo reportero expulsado de Sudán en tan sólo un mes. Se trata, en mi opinión, de un atentado hacia la libertad de prensa y hacia el derecho de expresión, pues si no depende de los periodistas la misión de informar, ¿de quién depende? Mas en algunas ocasiones debemos atenernos a las condiciones políticas del país, puesto que no todo en el mundo es democracia, sino que aún en pleno siglo XXI observamos y somos conscientes de las dictaduras establecidas en países como Sudán, donde el derecho a la información y a la libertad de expresión es totalmente nulo. Y por consecuente, la carencia de libertades en esos países acarrea consigo consecuencias como las que acabamos de ver a los países demócratas.

Pero no siempre es así, y el hombre debe ser muy crítico en ello (aunque según Sartori la capacidad de crítica de éste ya esté derruida por completo). Especulemos si no sobre el título de la obra del autor: La sociedad teledirigida. Ello, a mi juicio, da a entender que son los medios quienes dan a la sociedad qué y sobre qué tienen que pensar. Quizás no cómo, pero sí qué. Un papel principal eneéstos es la formación de la opinión pública. Es decir, no todo lo que vemos es noticia ni todo lo que no vemos digno de no darse a conocer. Pero tampoco podemos contar en un solo día y ni tan siquiera en los 365 días del año todos los hechos acontecidos en cualquier rincón del planeta. Está claro que de alguna manera debemos seleccionar, pero no con ello tender a la subinformación o a una reducción en exceso de la información. Pues, ¿cómo atenernos a ese criterio de selección? ¿Por qué considerar más importante la guerra en Irak y no las guerras sucedidas en Ruanda en todos estos años? Muchas veces la selección de la información lleva consigo un carácter ideológico y político. A fin de cuentas lo que los medios institucionales pretenden es la organización y ordenación de la sociedad, y ante todo, de mantener un equilibro mundial estable. En suma medida no se trata de informar sino de mantener ciertamente desinformados (desinformación entendida como manipulación de la información). El medio tiene tanto el poder de manejar la información a su conveniencia como el de modelar la opinión de las masas. Ello nos lleva a los espectadores, oyentes o lectores a una alienación de la realidad. Y una vez entendido esto quizás podamos referirnos a un primer periodo de teledemocracia, donde los sujetos de los partidos políticos hacen uso de estos medios para establecer un mayor contacto con los ciudadanos, mas de este modo los ciudadanos se convierten nuevamente en usuarios dependientes de los medios. En cierto modo dinamiza la acción entre ambos, integra a la sociedad dentro de esa administración, pero no la incluye; pues hemos de tener en cuenta que la participación de la audiencia es mínima. Toda la acción recae entonces sobre los medios, quienes deben cumplir un compromiso ético ante el público. Así ahora podríamos entender la Teoría de la Responsabilidad Social de la Prensa. Esta teoría se dio lugar tras la redacción del informe Hutchins en 1942. En este informe se relataban algunas ponencias, tales como que el inmenso poder de los medios de comunicación se encontraba en manos únicamente de sus dueños y destinados a sus propios beneficios; que los contenidos de las informaciones se trataba de manera superficial; que la prensa ponía en peligro la moral pública; etc. Y a su vez el informe trata de proponer una serie de premisas para contraatacar estas ponencias: dictan que los medios públicos deben acogerse a la verdad del acontecimiento; que los medios de comunicación deben de representar a toda la variedad de la sociedad; que estos deben ser tratados económicamente independientes para no caer en manos de un poder únicamente político o ideológico, y para ello deber apoyarse en la publicidad; etc. Y la elaboración de este informe da lugar a una doctrina como es la de la Responsabilidad Social, donde se reflejaba el poder de los medios para dirigir y formar la opinión pública.

Por otro lado debemos tener en cuenta que el que una información no sea falsa o inválida no quiere decir que ésta sea verdadera, pues muchas de las veces no se juega con el número de caracteres o de tiempo requerido suficiente para transcribir esa noticia. Ello nos lleva a seleccionar datos, con lo cual ya vamos eliminando reseñas y fundamentos que podrían ayudarnos a una mejor comprensión de la información. Mas como bien dice nuestro autor, “la televisión no es sólo un instrumento de comunicación, sino también paidéia”. Así pues, los medios, y en especial la televisión, educan. Educan no más que por la sencilla razón de que tanto adultos como niños pasan horas y horas diarias delante del televisor. Así pues, éste será el instrumento que inculque saberes a los recién llegados. Para niños en plena fase de aprendizaje esto puede ser fulminante. Estos sufrirán un empobrecimiento de la capacidad de entender. La televisión al fin y al cabo destruye más saber y más entendimiento del que transmite. Y con esa capacidad de abstracción perdemos también la capacidad de distinguir entre lo verdadero y lo falso. Todo lo que aparezca en los medios será digno de creer, por tanto, nuestra capacidad de crítica será muy débil. Y aparte de informar poco y mal, pues la televisión lo único que quiere es atrapar al espectador, estimula la violencia. De lo único que se nos informa mayoritariamente es sobre sucesos, y que de ello se nos informe no quiere decir que sea lo que más interesa al espectador, pues con ello lo único que consigue es tiranizar a la población. La audiencia “pide”, pero a la vez acepta lo que se le da, acepta lo que hay. Así muestro mi acuerdo con una de las frases célebres del periodismo: “Pídeme lo que te doy, y te daré lo que me pides”. Pero hay que ser cautos con los contenidos, pues un niño de tan sólo tres años (lo que Sartori ha denominado como vídeo-niño) no entiende lo que ve, y por consecuente tenderá a absorber todo lo que vea, y con ello podríamos entrar en la discusión de si los contenidos violentos pueden interferir en la personalidad del oyente. “La persona agresiva no nace, sino se hace”. Y si los medios de comunicación son capaces de transmitir saberes y de “educar”, este hecho tendrá una mayor preponderancia en niños pequeños que se encuentren en pleno desarrollo personal e intelectual.

2 comentarios:

  1. Querída Elisa,

    aunque te sigo y me gusta mucho leer tu blog, quiero que sepas que tus dos últimos post no los he leído aún... Entre falta de tiempo y son unos señores post, siempre digo "otro día" y todavía no lo hice. Pero en breves lo haré.

    Un abrazo fuerte. :)

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  2. Jajaja qué mona ^^ tranquila jaja xD
    "Señores post", cuando son chicos porque son chicos, cuando son señores porque son señores... a ver si encuentro un término medio jaja aiis :)
    Otro abrazo fuerte para ti. Muack!

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