Como comentábamos, ayer la figura de Henrique Cymerman paseaba por el Aula Magna de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de Málaga, seguido de un acto de reconocimiento por su labor periodística en Oriente Medio.
Henrique Cymerman es un periodista portugués con raíces españolas. Actualmente trabaja como corresponsal en Oriente Medio para La Vanguardia, desde 1991; Antena 3 desde 1992, y también para la cadena portuguesa SIC.
El periodista cuenta con gran experiencia en la zona de conflicto entre Palestina e Israel. Alegaba que Jerusalén seguía siendo el centro del mundo: "En un solo barrio de Jerusalén hay más corresponsales extranjeros que en todo el continente africano". Y es que la cobertura mediática sobrepasa los límites con respecto a conflictos sucedidos en otros países o continentes; como por ejemplo en Sudán, donde no existen medios humanos suficients para informar de una serie de trances que se suceden sin ningún testigo y que acaban siendo olvidados en el tiempo, en la memoria de nadie. Aunque sin duda, sugiere la importancia de las repercusiones que las noticias ocasionadas en Jerusalén pueden concurrir en el resto del mundo: "Cuando alguien en Jerusalén estornuda, otro en EEUU se resfría". Y es que ya son cerca de 1500 corresponsales extranjeros los que ocupan la ciudad. "Es tal el eco mediático, que a veces nos olvidamos que es un territorio más pequeño que Galicia", señalaba Cymerman. Actualmente hay unas 25 cadenas de televisión árabes que transmiten en directo desde Jerusalén, también para territorio occidental.
Cymerman hablaba de la honestidad del periodista como una obligación: "Ser objetivo es probablemente imposible, nos dirán los científicos, pero la honestidad es una obligación como periodista"; "hay que dejar hablar a las dos partes y no escribir la crónica antes que la noticia". Y es que hablamos de una zona en la que los dos lados no se encuentran y donde los periodistas son una excepción porque cruzan las líneas a diario: "dos mundos enfrentados". Y eso que desde la ciudad de Jerusalén a la ciudad palestina de Ramallah tan sólo hay una distancia de 15 minutos. "Las cosas en Oriente Medio no son lo que parecen en el primer momento, hay que buscar cuál es la realidad con la que tú te encuentras". Pues, el periodista afirma, que trabajar en Oriente Medio es como realizar una doble corresponsalía.
Sólo desde hace un par de años aparece en los mapas palestinos Jerusalén y en Israel la línea verde. Los jóvenes israelíes y palestinos desconocían la existencia, los pensamientos y los sentimientos que podían existir al otro lado. Y es que estar a favor de uno no quiere decir que haya que estar en contra del otro.
Henrique Cymerman es un periodista portugués con raíces españolas. Actualmente trabaja como corresponsal en Oriente Medio para La Vanguardia, desde 1991; Antena 3 desde 1992, y también para la cadena portuguesa SIC.
El periodista cuenta con gran experiencia en la zona de conflicto entre Palestina e Israel. Alegaba que Jerusalén seguía siendo el centro del mundo: "En un solo barrio de Jerusalén hay más corresponsales extranjeros que en todo el continente africano". Y es que la cobertura mediática sobrepasa los límites con respecto a conflictos sucedidos en otros países o continentes; como por ejemplo en Sudán, donde no existen medios humanos suficients para informar de una serie de trances que se suceden sin ningún testigo y que acaban siendo olvidados en el tiempo, en la memoria de nadie. Aunque sin duda, sugiere la importancia de las repercusiones que las noticias ocasionadas en Jerusalén pueden concurrir en el resto del mundo: "Cuando alguien en Jerusalén estornuda, otro en EEUU se resfría". Y es que ya son cerca de 1500 corresponsales extranjeros los que ocupan la ciudad. "Es tal el eco mediático, que a veces nos olvidamos que es un territorio más pequeño que Galicia", señalaba Cymerman. Actualmente hay unas 25 cadenas de televisión árabes que transmiten en directo desde Jerusalén, también para territorio occidental.
Cymerman hablaba de la honestidad del periodista como una obligación: "Ser objetivo es probablemente imposible, nos dirán los científicos, pero la honestidad es una obligación como periodista"; "hay que dejar hablar a las dos partes y no escribir la crónica antes que la noticia". Y es que hablamos de una zona en la que los dos lados no se encuentran y donde los periodistas son una excepción porque cruzan las líneas a diario: "dos mundos enfrentados". Y eso que desde la ciudad de Jerusalén a la ciudad palestina de Ramallah tan sólo hay una distancia de 15 minutos. "Las cosas en Oriente Medio no son lo que parecen en el primer momento, hay que buscar cuál es la realidad con la que tú te encuentras". Pues, el periodista afirma, que trabajar en Oriente Medio es como realizar una doble corresponsalía.
Sólo desde hace un par de años aparece en los mapas palestinos Jerusalén y en Israel la línea verde. Los jóvenes israelíes y palestinos desconocían la existencia, los pensamientos y los sentimientos que podían existir al otro lado. Y es que estar a favor de uno no quiere decir que haya que estar en contra del otro.
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